Es usted mi locura.
A las 5:00 am suena el despertador avisándome que ya es hora de comenzar un grandioso día, un día cargado de sorprendentes emociones. Abro un ojo y aunque se que es una oportunidad , decido posponerlo cinco minutos más, la cama se hace más amena, me abraza con tanta ternura que siento su temperatura cambiar y opto por corresponderle, no sólo es el hecho de querer seguir durmiendo, es también el hecho de querer continuar con el sueño en el que ella está. Justamente la tengo enfrente, tomo su mano mientras veo como el viento se divierte con su cabellera, como cantan los pájaros y armonizan el momento, como ella sonríe al contemplar un atardecer tan cálido, fresco y colorido como este, me acerco lentamente, levanto mi mano derecha para acariciar su rostro y cuando me dispongo a darle un beso, suena la alarma. ¿Qué podría decir? ¿Cómo podría actuar?. Sólo resta decir, qué amor tan sufrido el de mi cama y yo, ¿cómo es posible que el despertador no tolere mi estrecha relación entre mi cama,