...Vos y tu mirar!

Complicado es, prestar atención a los que me rodean cuando es a usted a quien observo.

Me acomodo en mi asiento tratando de demostarle al que está al frente, que no ignoro lo que estudió en casa la noche anterior para estipularlo a la hora de  instruir en clase, sino que estoy dispuesta a escucharle, digo una frase sobre el tema y contados cinco segundos, giro a mi derecha en busca de su rostro, apunto a varias direcciones para que no note que soy yo quien contempla cada actitud, cada acción, cada gesto, mientras sonrío de felicidad al saber que la vida la puso en mi camino. Decidida, me dispongo a mirarle fijamente y nuevamente pongo en práctica la lección de 1° grado, cuento hasta diez, le llamo con mi mente, con mi corazón, siento una tensión que cubre todo  mi cuerpo pero un impulso me obliga a sostenerle la mirada, ahora bien, estamos conectadas, usted me mira, yo le miro y automáticamente mi ser produce un suspiro suave y delicado el cual durará cinco segundos más, me incorporo en mi asiento retomando así mi posición inicial hasta que decida volver a fijarme en esos ojos, aquellos ojos que me hacen soñar.